Varia invención sobre cactáceas, aves y flores (i de v)

para Karen Fabián

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mayo en coixtlahuaca

te recuerdo siempre los domingos ,
mi flor de cactácea /

flor de opuntia . y un mezcal ixcateco : adviene el milagro . las hay rojas , amarillas , y de un azul absoluto . siempre te recuerdo , mi flor de cactácea . una vez al día , religiosamente . esas flores van bien con tu cabello . hay opuntias y agaves con frutos y flores : un ave oculta en el agave . y más ixcateco . / olor a humo : mis dedos huelen a humo . olor a tu ombligo . olor a centro y flor : embriaguez de agave horneado // siempre te recuerdo , mi flor de cactácea . una vez al día , religiosamente . y adviene el milagro .

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agave

florecer , para por fin morir .

agave de la poesía / haga, ave : ¡dé la poesía!

libar con mezcal nuestra tierra para que el mundo brote.

( el maguey florece y muere :

surge el ave . . . )

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te recomiendo una pieza para aves y sonidos electroacústicos

De tus manos brotan pájaros, para fagot y sonidos electroacústicos, del jefe Javier Álvarez. El título de la obra es esencialmente un poema. Que es una de las maneras de representar la creación, el advenimiento: lo que nace, lo que brota. /

Aludíamos al delirio amoroso como una expansión, como algo que desborda los márgenes de lo objetivo —en el momento de la alucinación o el sueño. Que es donde encuentra al lenguaje poético (o a la música) para alcanzar a ser nombrado, creado una vez más. /

Así, las manos se abren como puertas y surge el canto. Porque en lo cerrado no hay expansión. Las aves nacen como producto de la magia y emprenden el vuelo: milagro de la creación. Que es también un delirio. / Por lo demás, la pieza de Javier Álvarez es en su conjunto un poema. Uno de una sencillez brutal, que lo distancia (en la forma más no en la sensibilidad) de los magnificentes poemas sinfónicos de Liszt o de Strauss. Podríamos decir, en suma, que el compositor se aventó un magnífico canto para fagot y sonidos electroacústicos.

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floreciendo en el concreto

un opuntia brotó
en lo alto de la casa de mis tíos:

verde y sano en el cemento.

/ más allá el jardín
y la cocina de humo

que anhelaste.

opuntia como el musgo
que se abre camino entre las grietas
como las plantas silvestres
que viven y mueren
en su plena soledad

ya en lo alto de los cerros.

/ pero nada forzado florece
nada forzado fructifica

el repicar del excovento
me indica lo mismo
y lo diferente:
la muerte y sus sonidos

que me guían…

( y yo que no puedo aceptar
que nuestro anhelo de jardín y humo
ya no exista )

/ repican de nuevo las campanas:

los dolientes caminan al panteón

y a mí lo único que me consuela
es ese opuntia

verde y sano en el cemento .

Imagen: ‘La nopalera de mis tíos’, Miguel Juárez Figueroa, 2018